Durante este último mes hemos estado inactivos, pero el día de hoy hablaremos de una película que inevitablemente evoca al clásico de 1957, The Incredible Shrinking Man. En el caso de The Incredible Melting Man la radiación también es la responsable de la desgracia del protagonista, si bien en su caso la contaminación ocurrió en el espacio exterior.
Este largometraje cuenta con la dirección y el guión de William Sachs, es una producción de nivel Z bastante vulgar y enérgica que todo fanático del terror que se precie s tiene que ver. La forma ideal de describir esta joya de bajo presupuesto de los años 70 es como una copia descarada de "The Quatermass Xperiment" Sólo que mil veces más tonta. El astronauta Steve West es el único superviviente de una desastrosa misión espacial, pero resulta ser portador de una horrible enfermedad que lo vuelve radiactivo y... ¡hace que se derrita! En estado de shock después de ver su rostro en el espejo ¿puedes culparlo?, Steve sale corriendo del hospital, dejando un sucio rastro de pus y miembros del cuerpo. El doctor Ted Nelson tiene que encontrarlo urgentemente, ya que la enfermedad también le provocó a Steve un apetito insaciable por la carne humana. La premisa puede parecer estúpida pero esta película tiene algo de entretenida y contiene efectos de maquillaje de la mano de Rick Baker. ¡La cara del tipo que se derrite parece un estofado mas hecho y su respiración agitada lo hace sonar como Darth Vader! Una ventaja es que el guión de William Sachs no pierde el tiempo en dar tediosas explicaciones científicas ni en emotivos discursos. La viscosidad y miembros deshechos comienza de inmediato y dura hasta el último momento de la película. Simplemente disfruta de esta tonta joya de terror e intenta desconectar tu actividad cerebral tanto como puedas porque, si empiezas a reflexionar sobre las muchas estupideces del guión, te perderás toda la diversión barata pero cariñosa. La película no es del todo mala, el maquillaje es bueno, hay una escena de muerte ingeniosa. La disolución del personaje principal se maneja de manera decente, aunque bastante prolongada. Aparte del maquillaje, The Incredible Melting Man no está bien lograda, tiene un aspecto bastante anticuado y tonto. La música es muy de los años 70 y eso podría haber añadido encanto a la película si se hubiera usado bien, pero suena mal y simplemente no encaja en absoluto con lo que está pasando. El diálogo es, en el mejor de los casos, burdo, mientras que la historia es frágil y ridículamente forzada. Tiene algunas escenas entretenidas, pero principalmente porque eran tan involuntariamente divertidas, desafortunadamente hubo tantas que se volvió estúpida y aburrida después de un tiempo.
Algo a notar, es que Jonathan Demme, el director de películas como Philadelphia o The Silence of the Lambs, tiene un pequeño papel interpretando a Matt Winters, un hombre que regresa del cine junto a su esposa y al notar que la puerta de su casa está abierta entra a revisar y no volvemos a verlo, solo sabemos que se convierte en otra víctima de Steve. Por su parte, los efectos especiales corren a cargo de Rick Baker, quien años más tarde ocuparía roles similares en producciones exitosas como Ed Wood, Batman Forever, The Nutty Professor o Men in Black.
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