ARGUMENTO DE LA PELICULA ROBOCOP - Dirigida por Paul Verhoeven

Argumento

Este film fue un éxito rotundo en el verano en que se estrenó y fue una sorpresa porque en primer lugar tenía un presupuesto modesto, y encima un director desconocido que debutaba en Norteamérica, un polémico holandés llamado Paul Verhoeven que hacía en Europa películas muy violentas y sobre todo llenas de sexo.

Eso era nada prometedor, parecía que sería un film mas de serie B pues estaría dirigido por alguien que nunca había trabajado en USA y que encima no había hecho jamás un film fantástico con efectos especiales. Sin embargo, Verhoeven hizo un trabajo grandioso y plasmó una intensa historia con un estilo visual impactante y muy singular. La fotografía era poco convencional, como sus planos e iluminación. La historia era perfecta y sin complicaciones. Los efectos especiales corrieron a cargo de Rob Bottin, que trabajó en La Cosa.

La película navegaba en dos temas esenciales: la violencia y la ironía, que rozaba el humor mas mordaz y venenoso. Cuando Robocop actua no existen chistes, solo violencia y acción que no lo perturban. Cuando se ven los bloques de anuncios que retrataban la sociedad consumista salían los chistes. Y cuando la trama se iba desgranando, con sus intrigas y manipulaciones sociales y políticas, Verhoeven hacía un serio, crudo y vivo retrato de la sociedad que nos rodea. La historia sabe cuándo debe de ser seria, cuando divertida y cuando crítica, y hacerlo sin confundir al espectador, ni formar un sin sentido en el guion

La trama era simple. Ambientada en un Detroit del futuro cercano, Robocop cuenta la historia de Alex Murphy, un oficial de policía que es acribillado en el cumplimiento de su deber durante una redada que él y su compañera Anne Lewis llevan a cabo. La violenta muerte de Murphy según sugiere la película, fue por la falta de respaldo policial que la comisaría no puede proporcionar a Lewis y Murphy debido a la escasez de mano de obra. Esta escasez de mano de obra es, a su vez, al menos parcialmente, el resultado de una reducción de la fuerza laboral policial, que ha disminuido pues Omni Consumer Products, la megacorporación privada, se hace cargo del Departamento de Policía de Detroit y comenzó a operar como si se tratara de un negocio con fines de lucro.

Murphy está, para todos los efectos, muerto. Los intentos de revivirlo fallan, y los médicos que lo operan finalmente lo declaran muerto. El hombre es reconstruido y convertido en un poderoso cyborg que lucha contra el crimen de manera severa e imparable. Es una máquina perfecta que no se doblega ante nada. Sin embargo, a pesar de que su cerebro es borrado de memorias, afloran algunos recuerdos humanos. Entonces comienzan las dudas, los miedos, la ira, la soledad y las indecisiones. Pero el sistema es más poderoso que el individuo, y pronto descubrirá que la delincuencia y la corrupción ascienden hasta las más altas esferas del sistema, incluida la cúpula administrativa de la multinacional a la que pertenece como un mero producto experimental. El idealismo choca con la realidad y devolverán a Robocop a la tierra de forma dolorosa y vengativa.

Cuando RoboCop despierta de su letargo tecnológico y se va abruptamente de la comisaría, nos dicen que tuvo un sueño, algo que es inexplicable para Bob Morton, que es responsable de la división de Conceptos de Seguridad de OCP. Son los recuerdos de una vida pasada los que vuelven para atormentar a RoboCop, reafirmando el evento traumático como algo que debe enfrentar. Los sueños y los recuerdos son conceptos existenciales y temporales que recuerdan las influencias culturales del Ciberpunk. Expresamente, las obras de William Gibson y Philip K. Dick definen al cyborg como algo más que una máquina, es mas bien como un ser consciente imbuido con características espectrales e inquietantes.

En el caso de RoboCop , la corporación intenta borrar la memoria de Murphy pero OCP no logra hacerlo completamente, pues el trauma deja un rastro significativo. De hecho, los recuerdos de una vida pasada se filtran en muchos de los gestos de RoboCop, tomando en una cualidad fantasmal. Habiendo huido del recinto policial después de su despertar inicial, RoboCop se encuentra con uno de los criminales, Emil Antonowsky (Paul McCrane), quien participó en el acribillamiento contra él. Este enfrentamiento entre RoboCop y Emil se desarrolla tarde noche en una gasolinera. “Vivo o muerto, vienes conmigo” es el ultimátum dado por RoboCop. El déjà vu de este ultimátum es suficiente para que Emil recuerde que el hombre bajo la máscara es Murphy, el oficial de policía al que asesinaron brutalmente a tiros. Emil tiene que hacer una doble toma, perplejo de cómo alguien que está muerto puede regresar para perseguirlos. Y cuando Emil le dice a RoboCop que lo han matado, esto lleva a Murphy a una parálisis meditativa. El estado físico de RoboCop es capturado por un misteriosa recuperación de la memoria fragmentada e indistinta. Este es el primero de muchos decisivos momentos en la película donde se enfrenta a su verdadera identidad, forzado a revivir el trauma de su muerte como Murphy, pero no se da cuenta de todo lo que ha tenido lugar hasta que accede a los registros OCP restringidos. Una parte bastante emocional es la secuencia de cuando regresa a su casa y RoboCop se encuentra cara a cara con su yo fallecido. Esto constituye la primera etapa de un intento de curar una herida que fue abierta cuando fue acribillado.

La memoria es un aspecto importante de la existencia humana que la corporación intenta regular. Y borrar la memoria de Murphy después de someterse a una prótesis de cuerpo completo es un gesto de las formas totalizadoras en que la propiedad corporativa se extiende hasta nuestros propios cuerpos, el próximo paso espeluznante en la evolución de la colonización capitalista. Cuando RoboCop se quita el maltrecho casco, la mezcla de carne y acero tecnológico es la estética hombre-máquina que imagina el cyborg como un híbrido tecnológico sobre el cual la corporación ejerce un poder sorprendente. Después, le pregunta a Lewis sobre el paradero de su familia mirando en un espejo improvisado sostenido por ella, y RoboCop dice: “Yo puedo sentirlos... pero no puedo recordarlos” Es una línea lamentable pronunciada después de su desenmascaramiento. Allí Robocop finalmente 've' a Murphy. Pasando sus engorrosos dedos sobre su cara de bebé, como reclamando su identidad humana ante la narrativa tejida por OCP.

Robocop tiene una gran fuerza emocional y visual. Basta con ver el momento en que rescata a la mujer que van a violar, o hace practicas de tiro en la galería, o llega a su antigua casa siendo un cyborg. Fue un gran éxito sorpresa porque reunía varios ingredientes completamente inesperados para todo el público. Por un lado hacía gala de un diseño de producción muy atractivo que mostraba un mundo muy parecido al actual, solo que con algunos edificios de diseño vanguardista para los poderosos ejecutivos y ricachones y algunos detalles tecnológicos nuevos. Era un mundo duro, competitivo e inhumano, basado en los negocios, el poder y la corrupción, como hoy en día. El ser humano no importa, solo los negocios y los beneficios. Las multinacionales tienen tanto poder como los gobiernos y manipulan políticos e instituciones a su antojo. Ese es el futuro que nos espera y no otro, en un mundo cada vez más competitivo y globalizado. Un futuro lleno de violencia callejera e insatisfacción

A pesar de ser antigua, ninguno de sus encantos se ha perdido. La gama de emociones y el impacto a la audiencia fue increíble. El humor satírico contagia a buena parte de la acción y hace mejores las escenas de exposición de diálogos, e incluso sirve para minimizar la brutalidad de cómo Robocop entrega retribución a los corruptos. La película alterna hábilmente entre diferentes tonos emocionales sin nunca romper la fluidez general de la experiencia.

Con un presupuesto de 13 millones de dólares recaudó 53 en cines USA, siendo un gran éxito.


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